Oscar es un tipo sin evolucionar que sigue la máxima de: “la mujer en casa y con la pata quebrá”.

Que una mujer sea ahora su jefa en un puesto que creía merecer él, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Así, que, como hombre capaz de tomar decisiones inteligentes, ha optado por despedirse y no contárselo a su mujer.

Sandra, es su mujer: una esclava, una sierva, una santa…; que se ha pasado los últimos siete años cambiando pañales y educando a sus tres hijos. 

Harta de esa situación, decide por fin coger el empleo que una amiga de la universidad le lleva ofreciendo desde hace algún tiempo. 

Tampoco ella le contará a su marido esa nueva situación. 

Este aparente simple detonante, la guerra de sexos de sus dos hijas contra el varón y algunas cosillas más que van ocurriendo;  sirven para crear una serie de divertidos equívocos y enredos que sin duda divertirán y provocarán las risas de los espectadores. 

Manolo Guerrero